Estas navidades,
mi madre se portó tan bien que Santa Claus le trajo un libro electrónico, sin
funda ni complementos, para que la mujer se los comprara a su gusto.
Ni
corta ni perezosa, preguntó por la funda o el protector, y, al contestarle que
no había nada más, que se comprara la que quisiera soltó la frase mágica “¿Y
POR QUÉ NO ME LA HACES TÚ? ¿TE ATREVES A HACÉRMELA?”
Los
retos me motivan mucho, y este era un GRAN reto. Incluso antes de llegar a mi
morada, donde tengo todos mis materiales, ya estaba pensando y maquinando cómo
organizarme para hacer la funda y qué materiales podría necesitar.
Decidí
hacerla completamente personalizada, con el nombre de mi madre y detalles como
flores que a ella le encantan.


Viendo
el resultado, no parece mi primera funda.
¿Qué os
parece, otro
reto superado?